El cuerpo humano siempre ha sido de mi gran admiración. Es de admirar toda su estructura, desde nuestro esqueleto, musculatura, órganos y sistemas, hasta nuestra piel.
Para mí el cuerpo siempre ha sido y será sublime, tanto que al verlo al desnudo no debería de tachársele por lascivo pero al contrario como algo delicado y preciado.
Mis fotografías son muy preciadas para mi, casi como lo es mi cuerpo. El llevar a cabo este proyecto es justamente para capturar la belleza de este —de mis seres queridos y el mío, bajo la complexión que tienen— y exhibirlo no como mero objeto sino en su naturaleza más pura, como la obra elegante y delicada que es.
Admirar aquel cuerpo que muchas veces vemos como imperfecto, impuro ante nuestros ojos a pesar de existir en el.